La estrategia de nearshoring, promovida por Estados Unidos, tiene como objetivo mitigar los riesgos en las cadenas de suministro globales al trasladar parte de su producción a países más cercanos, incluidos aquellos en América Latina y el Caribe (ALC). Esta medida, según la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, podría convertirse en un motor clave de crecimiento para las economías de la región.
En un informe reciente del Banco Mundial titulado Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento, Yellen destacó los avances de países como Costa Rica, que ha logrado atraer inversiones significativas en sectores como el de semiconductores y maquinaria médica. La transición hacia una economía más verde coloca a la región en una posición ventajosa, ya que cuenta con algunas de las redes eléctricas más ecológicas del mundo, lo que favorece su competitividad en la manufactura.
Un estudio de KPMG, The Proximity Premium, apoya esta visión. De acuerdo con una encuesta realizada a más de 250 ejecutivos, el 81% de las cadenas de suministro que abastecen a Estados Unidos podrían estar ubicadas en las Américas una vez que se concreten los planes de nearshoring. Este cambio no solo reduciría los tiempos de entrega, sino que también diversificaría las fuentes de abastecimiento y facilitaría el acceso a talento local, disminuyendo a su vez los riesgos operativos.
Sin embargo, los encuestados también señalaron ciertos desafíos que influyen en sus decisiones estratégicas. El 66% indicó que la incertidumbre política y económica en Estados Unidos les ha llevado a reevaluar sus cadenas de suministro, mientras que el 64% destacó factores como impuestos indirectos, incentivos gubernamentales y regulaciones sobre precios de transferencia como aspectos clave a considerar.
Frente a este panorama, el 76% de las compañías encuestadas ya ha comenzado a transformar sus operaciones, acercándolas a países de las Américas para fortalecer su servicio al mercado estadounidense. Entre los mercados con mayor potencial para aprovechar esta tendencia se encuentran Colombia, Perú, Panamá y República Dominicana, que emergen como alternativas viables para la relocalización de operaciones.
El nearshoring no solo promete optimizar las operaciones logísticas y productivas, sino también fomentar el desarrollo económico de América Latina y el Caribe, brindando nuevas oportunidades de inversión y crecimiento a la región.