Los estibadores de los principales puertos de las costas Este y del Golfo de los Estados Unidos se declararon en huelga la mañana de este martes (01/10), marcando la primera huelga en casi 50 años. El movimiento ocurrió tras el fracaso de las negociaciones entre el sindicato y la US Maritime Alliance. La huelga tiene lugar poco antes de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos y en un momento cercano a las promociones del Black Friday en el comercio, lo que podría tener repercusiones en la logística y el transporte de mercancías en todo el mundo, incluyendo a Brasil.
Los 36 puertos afectados tienen la capacidad combinada de manejar hasta la mitad del volumen comercial de EE. UU., y las paralizaciones han interrumpido las operaciones de contenedores y el envío de automóviles. El suministro de energía y la carga a granel no se verán directamente afectados, y se harán algunas excepciones para permitir el movimiento de bienes militares y cruceros.
La International Longshoremen’s Association busca aumentos salariales, además de la revisión de las cláusulas sobre automatización en un contrato de seis años que expiró a la medianoche del lunes. Según Harold Daggett, líder sindical, en un comunicado publicado en Facebook, la última oferta de las empresas “quedó muy por debajo de lo que los miembros de la ILA están exigiendo en términos de salarios y protecciones contra la automatización”. Afirmó que los trabajadores portuarios están preparados para permanecer en huelga el tiempo que sea necesario, y advirtió que, si son obligados a volver al trabajo, moverían menos contenedores de lo normal, ralentizando las operaciones.
Las operadoras marítimas y los operadores de terminales, representados por la US Maritime Alliance, también conocida como USMX, acusaron a la International Longshoremen’s Association (ILA) de negarse a negociar desde que el sindicato suspendió las conversaciones en junio.
El sindicato Teamsters emitió un comunicado el lunes pidiendo al gobierno de Biden que no intervenga en la disputa. Harold Daggett, líder de la ILA, advirtió a la Casa Blanca que no intervenga, y reiteró que, si se ven obligados a regresar al trabajo, los trabajadores portuarios ralentizarán las operaciones.
Impacto en la logística internacional
Como resultado de la huelga, se prevén retrasos significativos en la movilización de mercancías, incluyendo la carga y descarga de contenedores, lo que podría afectar directamente diversas cadenas de suministro internacionales. Según JPMorgan Chase & Co., la pérdida económica causada por la paralización será de entre 3.800 millones y 4.500 millones de dólares diarios. Por su parte, la Asociación Nacional de Fabricantes estima que la huelga pone en riesgo 2.100 millones de dólares en comercio diario, y el daño económico total podría reducir el PIB hasta en 5.000 millones de dólares diarios.
Grace Zwemmer, economista asociada de Oxford Economics, proyecta que los congestionamientos resultantes de una semana de huelga tomarían cerca de un mes para resolverse. Asia Shipping afirma que cada día de huelga en los puertos estadounidenses tendrá un impacto equivalente a aproximadamente una semana de retrasos en las operaciones logísticas, debido a la complejidad de las operaciones de recuperación y la acumulación de mercancías.
Reacciones de las operadoras de transporte marítimo ante la huelga
Sin una fecha prevista para el fin de la huelga, las empresas de logística y transporte marítimo, así como exportadores e importadores, están intentando adaptarse a la interrupción de sus cadenas de suministro. En Brasil, algunas empresas ya se han pronunciado sobre el asunto y buscan soluciones para mitigar los efectos de la huelga.
Paulo Perez, analista de Producto de Exportación del US Domestic del Grupo Allog, especializado en logística internacional multimodal, explica que, para Brasil, que tiene a EE. UU. como uno de sus principales socios comerciales, los efectos de una huelga serían percibidos en diversos sectores. La apreciación del dólar, la salida de capital extranjero y la desaceleración de la economía estadounidense podrían perjudicar las exportaciones brasileñas y encarecer las importaciones.
"Las consecuencias de una huelga en los puertos estadounidenses se sentirían a nivel global, incluso aquí. La paralización de las actividades portuarias no solo detendría la descarga de mercancías, sino que generaría un efecto dominó que se prolongaría durante semanas", destaca el profesional del Grupo Allog.
Para sortear la huelga, el grupo señala estrategias como desviar parte de la demanda a los puertos de la costa oeste de EE. UU., además de Canadá y México, y recurrir al transporte aéreo para cargas urgentes. Sin embargo, ambas soluciones presentan desafíos como congestión, aumento de los costos de flete y limitaciones de capacidad. En el caso del desvío de cargas, Paulo destaca que esta medida podría agregar entre 7 y 14 días al tiempo total de tránsito.
El Grupo Allog ha estado orientando a sus clientes a prepararse para un escenario de congestión portuaria y retrasos en las entregas durante este último trimestre del año, en caso de que la huelga se prolongue. "En colaboración con nuestros clientes, ayudamos a trazar una estrategia logística que puede incluir el transporte aéreo para cargas urgentes, el traslado de cargas a transporte intermodal y terrestre, además de la negociación directa con los socios para minimizar costos y retrasos", finaliza Paulo.
Por su parte, la empresa de soluciones logísticas Asia Shipping, en un comunicado a la prensa, solicitó la comprensión de sus clientes y socios ante este evento inesperado, e informó que continuará monitoreando la situación y proporcionando actualizaciones conforme haya nueva información disponible.
*Con información de O Globo, Asia Shipping y Grupo Allog.