La insuficiencia de infraestructura logística en Brasil resulta en costos elevados para el flujo de la cosecha y afecta negativamente la rentabilidad de los productores. Según levantamiento de Valor Económico, se destacan dos problemas principales: la falta de capacidad de almacenamiento y la alta dependencia del transporte por carretera, que representa más del 65% de la matriz de transporte del país.
Para Fernando Bastiani, investigador de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq-Log), el transporte ferroviario puede reducir los costos en promedio un 20% en comparación con el transporte por carretera, mientras que el transporte fluvial puede ofrecer un ahorro de hasta un 60%. Sin embargo, la infraestructura existente es inadecuada para atender a los centros productores.
Además, Brasil carece de suficiente capacidad de almacenamiento. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un país debe tener capacidad para almacenar el 120% de su cosecha. En Brasil, esta capacidad es solo del 65%. Esta limitación obliga al transporte de los granos inmediatamente después de la cosecha, presionando la infraestructura logística y encareciendo el flete.
Un estudio de la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (Anec) mostró que, en marzo, los agricultores de Mato Grosso gastaron entre 122 y 138 dólares por tonelada para entregar la producción en Shanghái, China, mientras que los productores de Illinois, en Estados Unidos, gastaron 75,50 dólares por tonelada. Esto se debe a la dependencia brasileña del transporte por carretera, que es más caro y menos eficiente.
Las inversiones en ferrocarriles, como la Ferrovia Norte-Sur (FNS) y la Ferrovia de Integração Oeste-Leste (Fiol), avanzan lentamente, con largos plazos de conclusión. Otros proyectos, como la Ferrovia de Integração Centro-Oeste (Fico) y la Ferrovia de Integração Estadual de Mato Grosso, también están en diferentes fases de planificación y ejecución, con previsión de finalización para los próximos años.
La infraestructura hidroviaria es otra área que necesita mejoras. Los ríos del Norte y Centro-Oeste transportaron más de 35 millones de toneladas de granos en 2023, pero las vías fluviales están subutilizadas debido a la falta de dragado, señalización y cartas náuticas digitales adecuadas. El gobierno federal planea enfrentar estos desafíos mediante concesiones de las vías fluviales a la iniciativa privada, con subastas previstas para 2025.
La situación actual refleja el desajuste entre la expansión agrícola y las inversiones en logística, resultando en altos costos y desafíos para los productores brasileños.